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En los entornos científicos donde se realizan experimentos a temperaturas extremas, contar con materiales que resistan el calor sin deteriorarse es esencial. Ya sea para procesos como la calcinación, la fusión o la incineración, se requiere un equipo específico que pueda soportar estas condiciones rigurosas sin comprometer la integridad de los resultados. En este contexto, el crisol de laboratorio se posiciona como un recipiente indispensable para múltiples procedimientos.

En este artículo profundizaremos en qué es un crisol de laboratorio, sus tipos más comunes según el material de fabricación, sus principales usos en procesos de alta temperatura, y las recomendaciones clave para su manipulación segura y eficiente.

¿Qué es un crisol de laboratorio? Diseño y propiedades

Un crisol de laboratorio es un pequeño recipiente resistente al calor, diseñado para contener sustancias durante procesos que implican temperaturas elevadas, como la calcinación, la fusión o la incineración. Es especialmente valioso en laboratorios químicos, metalúrgicos y de análisis térmico.

Los crisoles suelen tener una forma cilíndrica o cónica, con paredes gruesas y una base estable. Pueden incluir tapa para evitar pérdidas de material por salpicaduras o evaporación, y su tamaño varía dependiendo del volumen de sustancia a tratar.

Propiedades esenciales:

  • Alta resistencia térmica (algunos superan los 1000 °C sin deformarse).
  • Inercia química frente a reactivos agresivos.
  • Capacidad para soportar cambios bruscos de temperatura.
  • Compatibilidad con técnicas como la termogravimetría o ensayos gravimétricos.

Tipos de crisoles de laboratorio y sus aplicaciones

Existen diversos tipos de crisoles, clasificados principalmente por el material con el que están fabricados.

Crisol de porcelana:

  • Ventajas: Económico, fácil de manejar, buena resistencia a reactivos.
  • Desventajas: Limitado a temperaturas de hasta 1000 °C.
  • Usos: Calcinaciones simples, análisis gravimétrico.

Crisol de cuarzo:

  • Ventajas: Soporta hasta 1300 °C, alta resistencia química, transparencia.
  • Desventajas: Frágil, caro.
  • Usos: Procesos donde se necesita observación directa.

Crisol de platino:

  • Ventajas: Muy resistente, inerte, ideal para análisis precisos.
  • Desventajas: Muy costoso, sensible a ciertos elementos.
  • Usos: Termogravimetría, fusión de materiales puros.


Otros: Níquel, alúmina, grafito, según la aplicación específica.

¿Para qué sirve el crisol de laboratorio? Aplicaciones y procesos clave

El crisol de laboratorio es esencial en:

  • Calcinación: Eliminación de componentes volátiles mediante calentamiento controlado.
  • Fusión: Conversión de sólidos en líquidos a altas temperaturas.
  • Incineración: Eliminación de materia orgánica por combustión controlada.
  • Termogravimetría: Análisis del cambio de masa al variar la temperatura.


Otros usos incluyen preparación de perlas, análisis de cenizas y fundición de metales.

Manejo y precauciones al usar un crisol de laboratorio

  1. Limpieza: Lavar con agua destilada o reactivos adecuados. En algunos casos, recalentar.
  2. Pesaje: Pesar solo cuando esté frío y seco, idealmente tras enfriarlo en un desecador.
  3. Calentamiento: Realizarlo gradualmente para evitar choques térmicos.
  4. Seguridad: Usar pinzas adecuadas, guantes térmicos y gafas protectoras.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es la principal diferencia entre un crisol de porcelana y uno de platino?

El de porcelana es económico y adecuado para tareas generales; el de platino es inerte y resistente, ideal para análisis de alta precisión.


¿Se puede reutilizar un crisol de laboratorio?

Sí, si se limpia y maneja correctamente.

¿Por qué es importante enfriar el crisol en un desecador después de la calcinación?

Para evitar la absorción de humedad que altere el pesaje.


¿Qué tipo de pinzas se utilizan para manipular crisoles calientes?

Pinzas específicas para crisoles, con extremos curvados y resistentes al calor.

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